“Todo por Dios” y “En todo Caridad”. En este estilo educativo los alumnos son los agentes de su propia formación; los padres de familia son los principales  educadores, sobre todo por el testimonio de vida;  religiosas, maestros, personal administrativo y de apoyo colaboran con ellos en la educación mediante la  organización y sistematización de la misma. La acción educativa se inserta en la realidad en que se desarrolla la vida del alumno.

La educación es un proceso de humanización y de evangelización que procura la formación integral de la persona; los estudiantes son guiados de manera que puedan desarrollar armónicamente sus dotes físicas, morales e intelectuales, adquieran un sentido más perfecto de la responsabilidad y un uso recto de la libertad, y se preparen a participar activamente en la sociedad.